Según un estudio realizado en julio de 2024, se ha detectado que el agua caliente es incluso hasta más beneficioso para recuperar después del llamado “daño muscular inducido por ejercicio” (EIMD por sus siglas en inglés).
Objetivo:
Comparar los efectos de la inmersión en agua caliente y fría en la recuperación neuromuscular después de daño muscular inducido por ejercicio (EIMD).
Métodos:
Treinta hombres físicamente activos realizaron un protocolo de EIMD y luego se sometieron a una de estas recuperaciones:
- Agua fría (11 °C, CWI11).
- Agua caliente (41 °C, HWI41).
- Control con baño tibio (36 °C, CON36).
Se midió la fuerza y el dolor muscular antes del EIMD y a las 24 y 48 horas después.
Resultados:
- La fuerza isocinética máxima volvió a valores normales a las 48 horas tanto con CWI11 (agua fría) como con HWI41 (agua caliente).
- La fuerza explosiva y el umbral de dolor solo se recuperaron completamente con HWI41 (agua caliente).
- Hubo un aumento en la actividad sEMG (técnica utilizada para analizar la activación muscular general, la fatiga, la coordinación y otros aspectos del funcionamiento muscular) con CWI11 (agua fría).
- No hubo cambios en las tasas de aumento de la REMGR (técnica que evalúa la velocidad con la que los músculos pueden generar fuerza o activarse durante la fase inicial de la contracción) en ninguna de las dos condiciones.
Conclusión: La inmersión en agua caliente (HWI41) es más efectivo para la recuperación de la fuerza explosiva después de EIMD, sugiriendo que es preferible al agua fría (CWI11) en contextos deportivos donde la rápida recuperación de la fuerza es crucial.